Juan A. Balcázar: El contrabajo es mi vida entera

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“Ser contrabajista a nivel personal ha sido una terapia constante que nunca va a terminar” 

A poco de finalizar el Festival Internacional Cervantino 2019 nos entrevistamos con Juan Balcázar, músico con 11 años de trayectoria quien presentó junto a la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM) Salsipuedes, ópera de Daniel Catán. Sabemos que el terreno musical no es fácil por eso en Mural Morelia queremos reconocer el éxito de quien con disciplina y constancia lo conquista, ¿Quieres saber cómo se logra? veamos.

Aunque inició sus estudios formales con el contrabajo a los 18 años de edad, su trabajo ha logrado destacarse en México y Europa. Balcázar es originario de Toluca, Edo.Méx. pero tiene camino recorrido en nuestra ciudad desde el 2008 cuando inició sus estudios musicales en el Conservatorio de las Rosas donde actualmente se desarrolla como docente al igual que en la Facultad Popular de Bellas Artes (FPBA). Buscó la posibilidad de formarse en el extranjero y en 2015 concluyó la Licenciatura en el Institut Supérieur de Musique et de Pédagogie de Namur, Bélgica. Ha formado parte de orquestas de excelente nivel como la Orquesta Sinfónica de Michoacán (OSIDEM), la Orchestre Royal de Chambre de la Wallonie, la Frascati Chamber Orchestra, la Orchestre Symphonique de l’IMEP, la Brusseles Philarmonic Orchestra y la Orquesta de Cámara de la Universidad Michoacana (OCUM), entre otras, además de obtener el Primer Premio de Interpretación, en el Concurso Internacional de Contrabajo Galicia Graves (2015), en La Coruña, España. 

“Siempre estuve inquieto por los sonidos” 

De niño le pidió a su padre que le comprara un piano, cosa que no sucedió hasta los 15 años cuando le regalaron una batería y aunque llegó a tocar la guitarra y el piano sentía que lo suyo era la percusión “Escuchaba pop, rock y jazz, creo que todos los eslabones fueron muy importantes para que fuera apreciando más cada género hasta llegar al clásico, en cada uno hay pilares que ayudan a sensibilizarte”  

M.M: Iniciaste a tocar el contrabajo hasta los 18 años ¿cómo fue para ti?

J.A.B: Mucha gente se siente intimidada porque obviamente se debe iniciar a tocar desde pequeño y si tu familia tiene esa cultura y te impulsa pues a los 18 años ya estás tocando conciertos grandes. Pero yo estaba muy emocionado.

M.M: La constancia es muy importante ¿practicas diariamente?

J.A.B: Yo entendí la constancia y disciplina desde que entré al Conservatorio de las Rosas. Recuerdo que no tenía instrumento pero la institución me prestaba uno que me llevaba a casa, estudiaba diez horas diarias todos los días. La técnica es fundamental, Yo siempre le digo a mis alumnos agarra tu instrumento, enciérrate y conócelo, no hay ningún otro camino.

M.M: ¿Qué estrategias utilizan las orquestas para interesar a más público?

J.A.B: En la programación de una orquesta debe haber variedad, deben de pensar en el público, pensar que quizás es bueno ir a un hospital, a una cárcel, con niños a las primarias o temáticas con halloween, navidad, etc. Es esencial que el programa musical pueda ser fácilmente digerible por el público que es ajeno.

M.M: ¿Que sientes al tocar en una orquesta?

J.A.B: Es una experiencia muy grande, tienes quizás ochenta músicos tocando y se vuelve una masa sonora muy imponente; se siente como una ola que te arrebata. Si llegas a equivocarte no se va a escuchar pero ahí influye el criterio del músico, hay músicos que dicen “pues si me equivoco no hay problema” pero eso quiere decir que tienes muy poco criterio, muy poca responsabilidad y respeto hacia el arte, eso hace la diferencia con las grandes orquestas que dicen “vamos a tocar todas las notas exactamente en su lugar” lo logran y suena excelente.

Aunque en lo social ser músico es muy ambiguo porque quizá la gente no lo valora fácilmente, para Balcázar a nivel personal ser contrabajista ha sido una terapia constante que termina aplicando a muchos sentidos de su  vida “Me ha ayudado mucho a crecer, a madurar y asimilar mis oportunidades de mejor manera. Me gusta el hecho de demostrar a través de mi trabajo que en realidad hay mucho que aprender cuando conoces a un artista; no ves lo que está produciendo, pensando o vivido inmediatamente hasta que vez su trabajo y puede que resultes impactado y que te cambie la percepción y la forma de apreciar”

M.M: Comparte con nosotros tu percepción sobre las instituciones que forman a los músicos de Morelia

J.A.B: Las Rosas y la FPBA son muy importantes porque son el semillero de las futuras generaciones de músicos, tienen mucha responsabilidad pero hay responsabilidades compartidas, es decir, institución-alumno. Aquí se han formado muy buenos alumnos y hay apoyo en la formación pero cuando se vuelven casi profesionales es cuando el apoyo cesa, por eso excelentes músicos han salido de Morelia y si se les hubiera abierto la puerta aquí la ciudad seguiría creciendo y creciendo culturalmente y te aseguro que sería potencia pero es difícil por las discrepancias que hay entre las instituciones.

“Como docente trato de ser realista, crudo y directo porque como maestro tienes esa responsabilidad”

Como profesor asume cada vez más responsabilidades. Inició con una o dos horas de contrabajo y ahora ya está dando clases de música de cámara y orquesta, trabaja con la orquesta de cuerdas de la FPBA “Para mí es un honor porque trato de darles esta escuela que va más allá de la música, por ejemplo, tener humildad y reconocer al otro. Cuando sean profesionales quiero pensar que se van a acordar de mí y no van a pensar -vamos a pasar por encima de este músico sino vamos a ayudarle, vamos a colaborar. Yo les digo a mis alumnos -vas a empezar una carrera que es muy larga y difícil, quizás te cueste mucho trabajo conseguir empleo ¿quieres? Si me dicen que sí entonces vamos con todo”

No es secreto el impacto positivo que la implementación de las actividades artísticas deja en la sociedad, Juan lo ha experimentado personalmente pues del 2015 al 2017 fue director y coordinador de La Orquesta Sinfónica Infantil de Pátzcuaro (OSINPATZ) “fue una maravilla, en la primera clase eran cinco niños pero llegamos a ser más de treinta con edades que iban desde los cinco hasta los dieciocho e incluso dos madres de familia tocando el contrabajo”.

Existen muchas evidencias del gran impacto social de estos proyectos, por ejemplo, contamos con el apoyo del maestro Roberto Sánchez que radica en Nezahualcóyotl y nos prestó instrumentos, fue quién tuvo esta orquesta anteriormente. Él tiene una serie de documentales sobre orquestas comunitarias y cuando yo empecé con este proyecto me mostró uno que me encantó porque es la historia de un chavo que limpiaba parabrisas debajo de los semáforos, el maestro se le acercó y le dijo -oye ¿porque no te vienes conmigo a la orquesta? Imagínate el impacto de recoger a alguien para nutrirlo con la música y pues si, se fue con él y le enseñó a tocar, cuando veo la entrevista que hicieron al contrabajista descubro que es un colega que ahorita está tocando en la orquesta filarmónica de Guadalajara una de las mejores a nivel república. Y como él hay varios ejemplos más. 

M.M: ¿Cuál fue el mayor aprendizaje que te dejó este proyecto?

J.A.B: Era evidente que había muchos problemas de los integrantes a nivel social pero los padres de familia se involucraron y hubo mucho apoyo, noté que cambiaron muchas perspectivas de la gente y eso es muy importante, además los niños en vez de salir a graffitear o andar en la calle se ponían a estudiar y encontraban una manera de desfogarse en la disciplina. 

Lo mejor que pasó en la orquesta fue cuando pensamos en hacer un concierto de recaudación de fondos para ayudar a la familia de una niña que tuvo pérdida total de su casa por un accidente. Cuando llegó el momento del concierto, el ex convento jesuita estaba repleto a pesar de la lluvia, al finalizar se hizo la recaudación y el dinero se lo dimos a la madre. Se creó mucha comunidad porque las personas al conocer el objetivo del concierto, comenzaron a donar muebles, ropa y despensa, algunas personas se ofrecieron a colaborar en las reparaciones de la casa.

Si te gusta el rock y la música pesada te recomienda escuchar a Gustav Mahler “es muy expresionista, melódico y muy intenso; puedo recomendar al 100% sus sinfonías, en especial la quinta porque tiene mucha energía, se siente casi violenta” también la música instrumental de Wagner, Shostakóvich y Tchaikovsky, compositores que muchos de los directores de cine ponen en sus películas. 

Para finalizar, como buen músico ya está planeando su siguiente intervención y motivado por seguir aportando a la formación de sus alumnos nos compartió que está definiendo detalles para presentar un recital este 19 de noviembre en la sala niños cantores junto al Dr. Philip Alejo, maestro de contrabajo del conservatorio de Arizona. Así que te invitamos a estar atento porque estará abierto a público en general.

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